sábado, 3 de julio de 2010

Un Polígono con demasiadas aristas

En varias ocasiones anteriores se ha hecho alusión a la lentitud con la que se hacen las cosas en esta ciudad. La mayoría de las veces, los plazos de ejecución de obras y reformas se demoran mucho más allá de lo previamente establecido e, incluso, ocurre con asiduidad, más de la deseable, que muchas se queden sin terminar. Sin embargo, resulta curioso que para una que se termina a tiempo, venga también rodeada de polémica. Es lo que ha pasado con el Polígono de Arte Sacro, cuyo futuro está cada vez más en el aire.

Y es que el proyecto, uno de los pilares del programa electoral del PSOE en las últimas elecciones, está prácticamente finiquitado, a expensas de que los industriales del sector ocupen las naves para hacerlo realidad. Pero ha sido al llegar a este punto cuando han aparecido los problemas. Primero, porque a muchos de ellos se les negaba la posibilidad de acceder al programa de subvenciones organizado por el sector y sin el cual, en plena crísis, cualquier cambio de ubicación de su taller resultaría inviable. Después, porque el mayor socio socialista en el Ayuntamiento, Izquierda Unida, había vendido varias naves a artesanos de otras disciplinas, reduciendo el número de las disponibles para los dedicados a especialidades vinculadas al Arte Sacro y, por tanto, perdiendo la exclusividad del Polígono para ello.

Con todo, la asociación de industriales del sector no ha parado de quejarse por la situación e, incluso, llegó a dar por muerto el proyecto hace unas semanas, iniciando negociaciones con otros municipios como Tomares o Mairena para hacerlo realidad. A pesar de ello, en los últimos días hubo reuniones para reactivarlo, algo que parece cada vez más lejano, sobre todo por la falta de colaboración del Ejecutivo local, en el que se le deja hacer a una Izquierda Unida que dice defender a ultranza la Memoria Histórica, pero basa su política en el revanchismo y la persecución a todo aquello que huela a cofradías (casos como los de la capilla de Las Cigarreras, que puedes leer aquí, o el local de ensayo de la banda).

Así, el Polígono que iba a impulsar un sector industrial característico de nuestra ciudad ha demostrado tener demasiadas aristas y, para su desgracia pocos vértices de encuentro. Tanto que, hoy por hoy, la posibilidad de que todo llegue a buen puerto es casi inexistente, como las ganas de Monteseirín de hacer algo por iniciativa propia o, sobte todo, de Torrijos de querer convivir con normalidad con tendencias y formas de pensar distintas a la suya. Y después pintan al otro bando de autoritarios y caciques. Pues anda que ellos...

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