Unos tanto y otros tan poco

Hace unos días, una noticia de la web Pasión en Sevilla desvelaba algo que muchos podíamos sospechar desde hace tiempo, pero que quedaba más claro que nunca con datos objetivos: El Ayuntamiento lleva gastados en el Metropol Parasol de la Encarnación unos 100 millones de euros, una cantidad con la que se podría haber restaurado hasta en veinte ocasionesla iglesia de Santa Catalina. En este sentido, estaba claro que el aumento del coste de las ya celebérrimas 'Setas' estaba alcanzando límites insospechados, pero es vergonzoso que para su construcción se hayan obviado otras obras de mayor calado para la ciudadanía.

Y es que Santa Catalina es uno de los templos que mejor expone el arte mudejar en la ciudad, Bien de Interés Cultural y sede de hermandades como La Exaltación, El Carmen o Santa Lucía, que tienen un importante papel dinamizador en la zona, por no hablar de su importancia histórica. Además, cabría tener en cuenta que estamo hablando de una iglesia construida en el siglo XIV y que es un auténtico referente devocional para la collación. Pero se ve que al Consistorio, como ocurrió también con el Salvador, le interesa más poner en pie una obra faraónica y que no goza de la aceptación de la mayoría de los sevilanos como la del Metropol Parasol que volver a poner en condiciones una obra que forma parte de su patrimonio cultural e histórico.

Sobre todo, porque ya ha llovido mucho desde aquel año 2004, en el que la parroquia cerró sus puertas. Desde entonces pasó casi un lustro para que se iniciaran unas obras que van demasiado lentas y que, en principio, no estarían finalizadas para 2014. Y mientras, se aceleran los plazos para la inauguración de una horterada que destroza por completo la fisonomía del centro. Pero claro, es que Sevilla tiene que andar hacia el futuro. Lástima que para ello olvide su pasado y sus raíces, perdiendo por completo sus señas de identidad.