viernes, 4 de febrero de 2011

Y no aprende

El Ayuntamiento parece hacer suya esa famosísima frase de los hermanos Marx de "más madera" cada vez que se habla de cofradías. De hecho, al anticlericalismo recalcitrante de su principal socio de gobierno, Torrijos, se une la inoperancia de un Monteseirín que, después de tres legislaturas en el cargo no aprende. Tanto es así que después de haber vivido en sus carnes los tristemente famosos sucesos de la Madrugá de 2000 (recuérdalos aquí), no escatima en querer rizar el rizo de cara al Miércoles Santo de este año, pidiendo que Sevilla sea sede de la final de Copa entre Real Madrid y Barcelona.

Es decir, que llevamos años quejándonos de la inseguridad que se respira en las calles de la ciudad durante los días grandes y desde el Ejecutivo municipal, lejos de hacer todo lo posible para paliar ese problema se echa más leña al fuego. Porque, 'per sé', no es malo el hecho de que un acontecimiento deportivo de primer nivel se celebre en la capital hispalense, incluso en los días grandes, pero, ¿cómo se controla a más de 60.000 aficionados? y lo que es más preocupante, ¿y a los grupos ultra de dos eternos rivales? ¿de verdad estamos preparados para ello?

Cierto es que hace cuatro años, en 2007, pasó algo parecido con la visita del Tottenham a Sevilla en un duelo de la Copa de la UEFA, pero, ni de lejos, hablaríamos de una movilización similar ni de un operativo policial tan importante como el que se necesitaría para el 20 de abril. Por todo ello, ¿no sería más lógico esperar a otra ocasión? Ojalá la Federación, esa que trata con tanto 'cariño' a los equipos de Despeñaperros para abajo, haga una vez más lo mismo y, como se prevé, elija a Valencia como sede, porque como siga el rollo al Ayuntamiento... que Dios nos pille confesados.

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