martes, 5 de abril de 2011

Siguiendo los pasos de El Silencio

Ayer, en las páginas de El Mundo en su edición de Sevilla, Juan Miguel Vega rememoraba la etapa, lejanísima por cierto, en la que la hermandad de El Silencio cruzaba media ciudad para hacer estación de penitencia en la iglesia del hospital de San Lazaro. Esto ocurría hace, como mínimo, medio milenio, antes de instalarse definitivamente en San Antonio Abad allá por 1572. Entonces, saliendo desde Omnium Sanctorum, donde dio sus primeros pasos allá por 1340, la Madre y Maestra llegaba hasta la zona del actual Parlamento, en el que también residió cuando era el Hospital de las Cinco Llagas, y tomaba lo que hoy conocemos como avenida Doctor Fedriani hasta llegar al citado templo, que hoy, poco menos, que sirve como almacen del hospital.

Ni que decir tiene que, en aquella época, los primitivos nazarenos de Sevilla no pisarían asfalto alguno, sino caminos de tierra para arribar a lo que entonces eran las afueras de la ciudad. Hoy, sin embargo, las cosas han cambiado radicalmente. El Silencio lleva cientos de años sin transitar por allí y el barrio de San Jerónimo no se ve tan alejado del centro como antes. De este modo, y como cita el artículo de Vega, ese punto de la capital hispalense lleva muchísimo tiempo huérfano de cofradías, algo que, probablemente, esté a punto de cambiar.

De hecho, en pleno barrio del Cerezo, quizás el más multicultural de Sevilla, está surgiendo, poco a poco, un proyecto ilusionante vinculado al mundo de las cofradías. Se trata de la Asociación Cultural de Nuestro Padre Jesús de la Caridad y Nuestra Señora de la Salud y Esperanza, que está dando sus primeros pasos en esta Cuaresma y que, según los primeros pronósticos, antes de que acabe el año podría tener ya a sus titulares. De momento, ya han hablado con todas la hermanda de Gloria de la Salud de Las Avenidas y con la parroquia del mismo nombre, a fin de establecer acuerdos de colaboración con ambas y, si todo fuese bien, no sería descartable que en las Vísperas de 2012 pudiésemos contar con una nueva cofradía por esta zona que quedó huérfana de ellas hace tantísimo tiempo.

Quizás así, la avenida Doctor Fedriani pueda ganar esa belleza que reclamaba Vega en su artículo, aunque lo que sí está claro que recuperará es un ambiente que dejó atrás cuando El Silencio cambió de rumbo y ya ni sus famosas saetillas sonaron de nuevo por la zona, la misma que hace unos meses disfrutó de lo lindo con la extraordinaria de La Macarena (recuérdalo aquí) y que ahora, coincidiendo con el renacer cofrade de los barrios, parece dispuesto a recuperar cuanto antes todo el tiempo perdido. Todo es que la suerte y la paciencia les acompañen.

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