domingo, 26 de febrero de 2012

La enésima 'Asenjada'

Definitivamente, Asenjo y el mundo de las cofradías van camino de convertirse en enemigos irreconciliables. Ya no sólo por el tema de las salidas extraordinarias, que en este 2012 también tienen toda la pinta de brillar por su ausencia (recuérdalo aquí), sino porque, incluso, comienzan a peligrar otros cultos externos no estandarizados, como, por ejemplo, los Vía Crucis. Al menos, eso es lo que podría ocurrir si ocurriese con otras corporaciones lo mismo que le ha sucedido a la hermandad de Torreblanca.

No en vano, la cofradía del Sábado de Pasión no podrá sacar al Señor Cautivo ante Pilatos en andas y por las calles de la feligresía por expresa prohibición de Palacio. Así quedó confirmado en los últimos días, cuando desde Virgen de los Reyes se respondió a la petición de la hermandad para conmemorar así el XX Aniversario de la llegada del Cristo al barrio y, de paso, rogar por una pronta salida de la crisis para los vecinos de la zona, una de las más afectadas de la capital andaluza por los problemas económicos. Y es que el Arzobispado entiende que se trataría de un acto que no está recogido en las reglas de la corporación y que, por tanto, constituiría una salida extraordinaria que, siguiendo esa norma tan radical que instauró desde que se produjo el relevo a Amigo Vallejo (ay, cómo lo echarán ahora de menos por Torreblanca...), no está dispuesta a permitir.

Como era de prever, un amplio sector del mundo cofrade ha estallado ante la medida, puesto que en Sevilla, de toda la vida, se han permitido actos así. Incluso, hace casi un año, desde Palacio se pidió a Las Siete Palabras que no realizase una salida extraordinaria por V Centenario, sino un Vía Crucis de este estilo (míralo aquí). ¿Qué ha motivado este cambio de actitud en apenas doce meses? ¿Es lógico? ¿Y acorde con la idiosincrasia de la ciudad? Vale que se quiera huir del punto folclórico y la parafernalia de una procesión, ¿pero también ya del recogimiento de un Vía Crucis?

Se puede mirar y analizar el caso desde muchísimos prismas, pero a partir de todos la conclusión es la misma: las medidas de Asenjo están llegando al absurdo, a un cerrilismo en contra de las cofradías más cercano a Castilla que a Sevilla. Después de casi dos años por aquí, todavía no se ha enterado de cómo funcionan las cosas aquí, no quiere, pero se empeña con todas sus fuerzas en imponer su criterio y que todo el mundo se adapte a él. Quiere templos llenos pero le sale hurticaria cuando la calle se convierte en iglesia entre regueros de capirotes. Inaudito.

Eso sí, habrá que ver cuando grandes corporaciones como Los Gitanos y, sobre todo, La Macarena llamen a su puerta en los dos próximos años para salir fuera de fecha si sigue aplicando el mismo rasero o, como es más que previsible, mira para otro lado. Porque claro, soltarle un 'No' tajante a hermandades pequeñas es muy fácil, pero habrá que ver qué dice cuando se pongan en pie de guerra las grandes o aquellas que tienen influyentes miembros en Palacio. ¿Le temblará entonces la mano? Ojala que no, al menos para hacer realidad eso de que "aquí, o todos moros o todos cristianos". Aunque no estaría nada mal que Rouco se acordara  de él en Madrid (leelo aquí) , porque aquí somos mayoría los que lo echamos de más, que los que lo echarían de menos.

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