En 1945, la hermandad de Los Panaderos estrenó la talla del Señor del Soberano Poder, obra de Castillo Lastrucci y que sirvió de relevo a la anterior, que desde 1972 pasó a convertirse en el referente devocional de El Juncal, que lo conoce como el Señor Cautivo en su Soledad. De aquel cambio, queda la actual distribución de las imágenes entre ambas corporaciones y un azulejo en la fachada de la capilla de San Andrés que evoca el pasado de la hermandad del Miércoles Santo, con el que fuese titular de la misma ataviado con una túnica bordada.
Y esa misma instantánea podrá volver a disfrutarse el próximo Viernes de Dolores, con el tradicional Vía Crucis del Cristo de El Juncal. No en vano, la junta de gobierno de la cofradía ha decidido vestirlo para la ocasión con esa túnica, salida del taller de Rodríguez Ojeda allá por 1905, cuando visitaba la Catedral en todas y cada una de sus estaciones de penitencia. Es más, para que todo, en la medida de lo posible, recuerde a aquellos tiempos, los hermanos de Los Panaderos están invitados a participar activamente en el acto, reforzando así aún más si cabe los lazos existentes entre ambas corporaciones.
De este modo, se le hará un peculiar regate al tiempo, regresando por unas horas al pasado de una talla que vive su presente en El Juncal, en el seno de una cofradía que cada vez mira más al futuro (recuérdalo aquí). Así, lucirá como si aún residiese en Orfila pese a que lo hace a kilómetros de distancia de allí desde hace cuatro décadas. Son los caprichos que tiene el destino, sobre todo cuando hablamos en algo tan eterno en indeleble como la Semana Santa, en la que todos pasamos, menos aquellos que han tenido a tantas y tantas generaciones rendidos a sus plantas.
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