viernes, 16 de marzo de 2012

Carpetazo definitivo

Esta semana hemos conocido la resolución judicial de una de las situaciones más dramáticas y graves que han tenido que vivirse en el seno de nuestras cofradías en los últimos años: el ataque al Gran Poder (recuérdalo aquí). Así, el autor de los hechos, Luis C.O., ha sido condenado a nueve meses de prisión por un delito contra el patrimonio histórico junto a otro contra los sentimientos religiosos. Sin embargo, la ausencia de antecedentes penales del sujeto y que la pena sea menor a los dos años harán que no tenga que pasar por la cárcel.

Sí tendrá, en cambio, que seguir abonando la parte que le queda de los 11.432 euros que costó el arreglo de los desperfectos, entre el arreglo de la talla (que asciende a 10.620) y el de la ropa de la misma (812). Para ello, se ha dispuesto un sistema por el cual el acusado tendrá que abonar una cuota de seis euros diarios durante varios meses, tal y como él mismo acordó con el juzgado el pasado martes, cuando aceptó la sentencia. Con todo ello, y no sin polémica, como era de esperar, se da carpetazo definitivo a un asunto que ha marcado un antes y un después en nuestras hermandades pero que, sin pasar jamás por alto lo que ocurrió, habría que dejar definitivamente atrás.

Sobre todo, porque las propias corporaciones se han puesto manos a la obra para evitar que vuelva a suceder (leelo aquí) y, a buen seguro, que todos los cofrades han tomado ya conciencia de cómo han cambiado las cosas en Sevilla y pondrán de su parte para que todo vuelva a ir como la seda. Porque dementes, queramos o no, siempre habrá y tampoco es plan de cebarse con el único que ha hecho algo que otros muchos tan sólo se atreven a imaginar. Ya cuando ocurrieron los hechos, en este mismo blog pedimos que se tirara de valores cristianos, esos de los que tanto alardean algunos siempre pero que brillan por su ausencia cuando realmente hace falta sacarlos, para analizar y valorar todo lo que tuviese que ver con el agresor (míralo aquí). Ahora, que hasta la Justicia se ha pronunciado, es el momento de no hacer más sangre al respecto, sino de seguir hacia adelante sin que ello implique, ni mucho menos, mirar para otro lado. Máxime cuando, seguro, quien tenía que realmente que perdonarlo ya lo ha perdonado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario