lunes, 5 de marzo de 2012

La cuarta basíllica de Sevilla

La capital hispalense cuenta desde ayer con una nueva basílica, la cuarta dentro de su cómputo global. Y no se trata de un templo nuevo, sino de uno que lleva en pie desde el siglo XVII y que, por ende, ha visto desde su enclave al final de la calle Castilla cómo recibían el mismo rango eclesiástico que ostenta desde ahora en La Macarena, El Gran Poder y La Trinidad. Pero ya puede compararse con ellas, puesto que instantáneamente y sin necesidad de reforma alguna, la Capilla del Patrocinio ha crecido para convertirse en basílica.

Lo hizo realmente el 22 de febrero, cuando se firmó en el Vaticano el decreto que así la nombraba y del que se tuvo noticia en el Arzobispado el pasado sábado. En este sentido, aprovechando que en la Función Principal de El Cachorro Asenjo realizó la homilia, se hizo público el cambio de catalogación de la iglesia, que provocó sorpresa e intensas olas de emoción entre los asistentes a partes iguales. No en vano, muy pocos lo esperaban, aunque la tremenda devoción que siempre ha despertado el Señor de la Expiración podía facilitar mucho las cosas.

Así, habrá que modificar la forma de referirse a la sede canónica de la corporación del Viernes Santo, que, de este modo, vivirá este año su particular estreno. Y es probable que no sea el último templo de la ciudad que viva su particular 'ascenso' eclesiástico. De hecho, y sin necesidad de cruzar el puente, en Pureza empiezan a pensar eso de que "cuando las barbas de tu vecino veas cortar, pon las tuyas a remojar". Y casi se podría llegar a imaginar lo mismo en Los Gitanos. Desde luego, tiempo habrá para ver si se amplia a cinco una lista que de basílicas en la ciudad, la misma que desde ayer, con la del Patrocinio, cuenta con una más.

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