La basílica del Gran Poder se quedará huérfana del Señor de Sevilla dentro de un par de meses. Pero no se asusten, que no se deberá a nada preocupante o fuera de lo común. Nada más lejos de la realidad. Y es que el titular cristífero de la corporación de la Madrugá abandonará en julio, y sólo durante unos días su camarín para someterse a una pequeña restauración de carácter funcional, es decir, que nada tiene que ver, al menos de manera directa, con una mejora de su actual estado de conservación.
Sobre todo, porque este es óptimo, como pudo comprobar Álvarez Duarte hace un par de años, cuando le arregló los daños sufridos tras aquel ataque que paralizó el pulso de la ciudad (recuérdalo aquí). Sin embargo, el imaginero sí que notificó a la hermandad que sería interesante cambiarle a la talla el sistema de articulación de los brazos de la misma. De este modo, se procederá a modificar el actual, 'de galleta', por otro 'de rótula', algo que facilitaría los cambios de ropa al Señor, ganando en flexibilidad y comodidad.
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