jueves, 6 de septiembre de 2012

La 'veinteañera' de San Julián

Ayer hubo un cumpleaños en San Julián, tras el dintel de su ojiva. El de una mozuela que cuenta ya con 75 años a sus espaldas y que, pese a ello, parece anclada para siempre en la veintena. De tez morena y tersa, radiante, respondiendo al nombre de Hiniesta, heredera de la parte Dolorosa de la Virgen más sevillana, esa que, también durante estas fechas, anda de celebraciones, por llevar seis siglos a sus espaldas (recuérdalo aquí). Aunque ahora todo el protagonismo es para Ella, que tiñe de azul la vera de la muralla y la Puerta de Córdoba cada Domingo de Ramos.

Y por eso, para conmemorar que lleva tres cuartos de siglo al lado de los suyos, ha bajado de su altar para recibir, una vez más, el cariño de todos sus fieles. Con un besamanos extraordinario, evocando aquella tarde en la que fue bendecida en San Luis de los Franceses mientras San Julián era reconstruida tras el incendio de 1932 que acabó con su predecesora. Aquel día dejó de ser de Castillo Lastrucci para siempre, pasando a ser, única y exclusivamente, de su barrio. Ese que la quiere con locura, que regresa cada Domingo de Ramos para acompañarla en su camino a la Catedral pese a que los caprichos de la urbanización de la ciudad los mandara bien lejos hace años.

Hoy, de nuevo, volverá a estar a la misma altura que los suyos, pensando mientras pasan delante de Ella en cómo han cambiado. Recordando a los que ya no están e imaginando a los que vendrán y que, como mandan los cánones, la tendrán como uno de los grandes referentes de su vida. Porque Ella no envejece, sigue como siempre y como si nada. Aunque cuente ya con 75 años, tiene la veintena tatuada en la cara, siendo luz y guía de un barrio que dice que no amanece, que sólo es que el cielo se viste de Azul Hiniesta cada mañana.

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