Tiempo de Glorias

Hoy, el primer día de farolillos en el Real delatará, por si no nos habíamos dado cuenta todavía, que la Semana Santa de 2013 quedó definitivamente atrás. Y eso que la primavera ha tardado en darse cuenta de que la esperábamos. Sea como fuere, las jornadas de túnicas y capirotes quedan ya algo lejos y, en clave cofrade, ya miramos con ansias al mes de mayo y, por consiguiente, a otro ciclo de procesiones: las Glorias. De hecho, a final de mes lo estrenaremos con un Pregón que tendrá lugar en la Catedral el día 27 ante la Virgen de los Reyes, antes de que estrenemos esa quinta hoja del calendario que traerá consigo también a las Cruces, alguna que otra 'Ilegal' y buena parte de las eucarísticas, incluyendo el Corpus.

Y para que vayamos haciéndonos el cuerpo a lo que todavía está por llegar, desde el pasado sábado conocemos cómo es el cartel que nos anuncia que la capital hispalense volverá en breve a ser la 'Tierra de María Santísima'. Su autor ha sido José María Méndez, que lo ha diseñado a modo de tapiz (algunos no han dudado en señalar su parecido con una gloria de palio) y con la Virgen del Amparo como motivo principal. Así, la titular letífica de la Magdalena aparece en el centro del mismo, siendo admirada tanto por un nutrido grupo de querubines desde el cielo como de varios fieles que simbolizan a la propia ciudad a sus pies. Todo esto, destacando sobre un marco en el que aparecen todos los nombres de las advocaciones marianas y que sirve para dar aún más solemnidad y belleza a la escena, pero también para señalar arriba el ciclo que anuncia y abajo la ciudad. Es más, la peana sobre la que se sitúa la Virgen tiene la inscripción '2013, Año de la Fe', recordando con ello la importante efeméride que la iglesia vive en este año.

Con todo ello, se conforma una obra clásica, que huye de la originalidad que marcaron a sus predecesoras y que rescata un sabor más tradicionalista que, en breve, comenzaremos a poder disfrutar en los escaparates y las paredes de algunos establecimientos, dejándonos bien claro que, aunque ahora los días se nos pierdan entre casetas y farolillos, el tiempo de las procesiones todavía no ha acabado; que, incluso, está a punto de reiniciarse con las Glorias, esas que en los últimos años nos están sirviendo para quitarnos el mal sabor de boca que nos dejan Semanas Santas pasadas por agua, las mismas que dan sentido a partir del mes de mayo a esta ciudad.