martes, 9 de julio de 2013

Igual, pero no lo mismo

Las hermandades de Vísperas están protagonizando este verano su particular rebelión. De hecho, han exigido al Consejo cobrar las mismas cantidades que las corporaciones de la nómina oficial, extremo al que se han negado en San Gregorio y que ha avivado el debato, o más bien idea preconcebida, de que en Sevilla hay cofradías de Champions, Primera, Segunda, Segunda B y hasta Regional Preferente. Incluso, esta polémica deja con las vergüenzas al aire a los últimos estatutos, ya que los beneficios que dan por un lado los quitan por otro. Todo muy lógico.

Valga un simple ejemplo más allá de la presencia de túnicas y capirotes en todas. La Misión, que no va a la Catedral, tiene más poder decisional que El Gran Poder. Baste para ello tener en cuenta que en Heliópolis se tienen tres votos, puesto que hablamos de una hermandad que tiene carácter penitencial, sacramental y letífico, mientras que la de la basílica de San Lorenzo sólo es penitencial y, por tanto, ostenta uno. En este sentido, y obviando el claro poder de influencia que ejerce la corporación de la Madrugá, ¿no tendría La Misión motivos para exigir el mismo dinero que el resto?

Habrá quien diga que las Vísperas, al tener recorridos y cortejos más pequeños cuentan con menos gastos. Entonces, ¿por qué no se plantea el Consejo rebajar la subvención a cofradías como El Santo Entierro, con menos nazarenos y horas en la calle que algunas de las que no van a la Catedral? Simplemente, porque no interesa. Y es que, aunque lo parezca, en Sevilla sigue sin ser lo mismo lo que es igual sobre el papel. La diferencia la marca estar en la nómina oficial, ser conocida por todos y acaparar minutos en la tele. Mientras,  las que de verdad necesitan un empujón siguen conformándose con migajas porque la lógica les abandona cuando más falta hace que aparezca. Y menos más que todos somos iguales ante los ojos de Dios según defiende la Iglesia...

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