lunes, 6 de enero de 2014

Fantasmas que resucitan

En la madrugada del día 4 al 5, pese a que el calendario nos revelaba que vivimos en 2014, Sevilla regresó al año 1936. No en vano, en Santa Marina resucitó el miedo a los 'quemaiglesias', que enarbolando la bandera de ideas comunistas o anarquistas (de las que probablemente no tengan ni idea) volvieron a tirar del fuego y el humo como único argumento para defender sus posturas. De paso, provocaron el pánico de los hermanos de La Resurrección, que vieron cómo su sede canónica estuvo a punto de salir ardiendo por culpa de cuatro descerebrados que piensan que hay que repetir los errores del pasado.

Todo tuvo lugar hacia las cinco de la mañana, cuando varios vecinos, alertados por el humo que inundaba la plaza, percibieron que la puerta de la iglesia había comenzado a arder. Unos vándalos habían prendido fuego a unos cartones que habían colocado bajo la misma, al modo en el que se hacía en la década de los 30, haciendo que los primeros efectos se empezasen a hacer notar en la madera. Afortunadamente, la rápida actuación de los bomberos impidió males mayores, apagándolo todo antes de que llegase a hacerse notar en el interior, donde, en cualquier caso, se cubrieron con paños las imágenes para evitar que sufriesen daños por el humo.

Sea como fuere, por la importancia de los actos y que incluso llevaban firma a modo de pintada (también aparecieron del mismo tipo en Santa Paula y Los Servitas) no hablamos de un suceso más de tantos perpetrados por descerebrados que odian cualquier cosa que huela a religión. Hablamos de una situación que, sin caer en el alarmismo, obliga a revisar la seguridad de nuestros templos para evitar que se repitan escenas de las que, aunque ya han transcurrido casi 80 años, aún nos seguimos lamentando. Ahora, al menos, se está a tiempo para impedir que sucedan, pero para ello será necesario actuar con hechos y no mirar para otro lado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario