miércoles, 14 de mayo de 2014

Zafarrancho de retoques en Orfila

Hace justo un mes vivíamos un caluroso pero espléndido Lunes Santo. Ahora, todavía con el recuerdo de los días grandes fresco en nuestra memoria, nuestras hermandades se encuentran inmersas en un periodo que podríamos denominar como 'de las restauraciones'. No en vano, el estado de conservación de nuestros titulares es un apartado que tiene una importancia capital en cualquier corporación, algo que unido a la inminente llegada del verano, que paraliza los cultos de muchas hasta septiembre, y al hecho de que hay tiempo suficiente como para llevar a las imágenes al taller de algún buen 'médico' provoca que se multipliquen en estos días las despedidas en muchos templos de Sevilla.

El siguiente será la capilla de San Andrés, en plena calle Orfila, de donde saldrá el Señor del Soberano Poder en su Prendimiento para ser revisado por Enrique Gutiérrez Carrasquilla. Se trata de una actuación que ya estaba prevista desde hace un par de meses (recuérdalo aquí), pero que todavía no contaba con una fecha exacta para su inicio. En este sentido, ya se sabe que el Señor será retirado del culto el próximo día 28, cuando tras protagonizar un besamanos extraordinario será trasladado a la 'consulta' del escultor para ver cómo se subsanan los problemas que tiene, entre los que se podría resaltar los de carácter estructuras que sufre en su espalda, una grieta a la altura del cuello, la suciedad en su policromía y la necesidad de ver renovada su peana. En definitiva, unos trabajos que tendrán al titular tahonero lejos de su sede canónica durante algunos meses.

Curiosamente, mientras esté fuera su capilla no se dejará ver demasiado vacía, puesto que también se convertirá en el escenario de unas obras de restauración que comienzan a ser habituales en ella (ya el año pasado ocurrió lo mismo) y que obligarán a que se suspendan los cultos hasta el mes de septiembre, aprovechando el bajón de fieles que se suele experimentar en verano. Así las cosas, los próximos meses estarán marcados por las actuaciones sobre el patrimonio de Los Panaderos, quienes entre unas cosas y otras empiezan a preparar todo para que esté como nuevo de cara a la próxima Semana Santa. Y es que en Orfila saben a la perfección que para mirar con ilusión en el futuro el punto de partida está en saber conservar lo que ya se tiene en el presente.

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