Los últimos días están siendo bastante atípicos en Sevilla. Sabemos que es verano, pero las temperaturas están resultando demasiado bondadosas, hasta el punto de que ni siquiera llegamos a pasar los treinta grados. Por otro lado, el pasado fin de semana no tuvimos en la calle ni a un sólo paso, algo que hizo que nos sintiésemos prácticamente huérfanos. Incluso, el calendario nos revela que estamos en julio y, hasta el momento, no nos hemos encontrado con un sólo atisbo del ciclo que da sentido al mes, el de la Virgen del Carmen.
No obstante, como todo cambia ya ha llegado el instante perfecto para ello. Porque a partir de esta tarde-noche por fin Sevilla comenzará a teñirse de marrón y blanco, a sentirse más marinera que de costumbre. Y lo hará en Triana, donde la Virgen del Carmen de la capillita del Puente, la misma que hace las veces de vigía a la entrada en el viejo arrabal, será llevada en andas a la parroquía de La O, donde no sólo se reencontrará con el Nazareno y esa Esperanza a la que la sorpresa por sentirse Madre de Dios deja casi sin palabras, sino que también presidirá a partir del domingo los cultos anuales previos a su salida.
De este modo, al verla a cielo abierto podremos dar por iniciado, de manera oficiosa, el ciclo del Carmen en este año 2014, haciendo que la ciudad recupere su pulso en esta recta final previa a entrar en el letargo estival de agosto. Será sólo el pistoletazo de salida a lo mucho que está por suceder a lo largo de las próximas semanas, en las que veremos pasearse a la 'Reina del Carmelo' por tierra y agua. Yo todo empezará con este traslado a la vera del río, en andas y con muy poco recorrido. Un comienzo atípico que pondrá fin a estos días tan raros.
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