miércoles, 30 de julio de 2014

Un sustito veraniego

Durante las últimas fechas, la Sevilla cofrade se llevó un buen susto. Fue en San Lorenzo, en plena basílica del Gran Poder, donde, sin previo aviso, el Señor de Sevilla pareció cansarse del peso de la cruz. De hecho, su mano derecha, con la que ayuda a su brazo izquierdo a sujetar el madero, bajó de improviso, quedando extendida al modo en el que la tiene, por ejemplo, el Nazareno de El Valle. Una imagen única y que llamó la atención de muchos no sólo por su singularidad, sino, sobre todo, por la posibilidad de que las articulaciones del Señor pudiesen sufrir algún tipo de desperfecto. No en vano, aún sigue muy fresco en el recuerdo lo ocurrido en aquel domingo de junio de infausto recuerdo, cuando fue agredido (recuérdalo aquí) precisamente en ese mismo lado.

Sin embargo, el hermano mayor de la segunda de la Madrugá, Félix Ríos, ha llamado a la calma. Considera que todo ha sido, simplemente, un susto, recordando que hace apenas dos años se retocaron las articulaciones de El Gran Poder para que estuviesen como nuevas (míralo aquí) y que desde entonces no ha ocurrido nada raro, por lo que deben seguir perfectas. En este sentido, la explicación que se da es que como la cruz sobresale por detrás en su camarín y hay mucha gente que se apoya en ella al besar el talón del Señor, la repetición de esa acción numerosas veces ha provocado que se moviese el brazo derecho, que ha vuelto a ser recolocado en su sitio sin ningún tipo de problema ni variación.

En cualquier caso, sigue sobrevolando el ambiente un ambiente de preocupación, como cada vez que sucede algo en relación a El Gran Poder que se sale de la normalidad. Hay, incluso, quienes dicen que lo hizo Él mismo para reconfortar a todos aquellos sevillanos que acudiesen a su encuentro aquella tarde. Otros, en cambio, exigen que se revise su estado para evitar males mayores. Y, entre tanto, la normalidad ha regresado a su basílica, donde vuelve a soportar estoicamente todo el peso del madero desde su camarín, sobre el hombro izquierdo y ayudándose de un brazo derecho que, en los últimos días, ha dado que hablar demasiado.

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