Desde la pasada semana, Sevilla cuenta con dos corporaciones que se encuentran a las puertas de ser hermandades de penitencia. Una es La Milagrosa de Ciudad Jardín, que, según apuntan los pronósticos, logrará tal consideración de manera inminente (recuérdalo aquí). La otra, de momento, no tiene prisa por estrenar túnicas y capirotes, aunque no pierde de vista la idea de poder hacerlo algún día. Se trata de la ya agrupación parroquial de Bendición y Esperanza, del Polígono Sur.
Y es que la corporación de la parroquia de Jesús Obrero continúa su progresivo crecimiento a buen ritmo, sin prisa, pero también sin pausa, y tras incorporarse este año a la nómina de las Vísperas, concretamente al Viernes de Dolores, ha recibido desde Palacio el rango que le hacía falta para consolidarse en ese sitio. A ello ha ayudado, y mucho, la acción social que están desarrollando en el barrio desde su fundación, actuando de la mano con el proyecto 'Fraternitas' y sirviendo como motor para hacer despegar a una zona a la que le cuesta demasiado dejar atrás su eterna mala fama.
Aunque elementos como Bendición y Esperanza le están ayudando en esta tarea, aportando su granito de arena para que no se hable de marginación, delincuencia y droga, demostrando que Las Tres Mil Viviendas es un barrio más de la ciudad y que vive las cosas de la misma manera, con idéntica intensidad. Para comprobarlo, sólo hará falta que se pasen por allí el próximo Viernes de Dolores y vean cómo el barrio se vuelca con su corporación, a la que aún le faltan túnicas y capirotes, aunque, más pronto que tarde, llegarán. Porque esta ha llegado a las Vísperas para quedarse, algo que Palacio no ha hecho más que confirmar.
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