miércoles, 24 de abril de 2013

Un acto verdaderamente extraordinario

El pasado sábado, aunque Sevilla estuviese entretenida entre volantes, casetas y farolillos, no fueron pocos los que decidieron tirar de coche en dirección a Jerez de la Frontera, donde se llevó a cabo uno de los actos más extraordinarios previstos para conmemorar este Año de la Fe. Se trataba de un Vía Lucis (recuérdalo aquí) en el que iban a participar un total de catorce tallas marianas, entre Vírgenes de Gloria y Dolorosas, que recrearan todos y cada uno de los misterios en los que se podría dividir la vida de la Madre de Dios. Y esta opción convenció, y de qué manera, a cantidad de cofrades ávidos de ver pasos.

Cierto es que no hubo una afluencia masiva al acto, aunque la originalidad de este, al menos para la inmensa mayoría, sirvió para darle mayor brillo. No en vano, pudimos disfrutar de escenas inéditas como la Adoración de los Reyes Magos o la Presentación de Jesús en el templo, imágenes que sólo conocíamos en nuestra imaginación o, como mucho, a través de películas, pinturas y tapices. Del mismo modo, todo sirvió no sólo para dar a conocer parte de los tesoros que esconde la denominada como la 'Hermana Pequeña de Sevilla', sino también un tipo de culto externo que pasa tremendamente desapercibido ante nuestros ojos, quizás por la importancia y asiduidad que tienen los Vía Crucis.

Puede que por este motivo, por los parecidos del que había sido organizado para el pasado 17-F en nuestra ciudad (míralo aquí) con algo tan conocido como un Santo Entierro Grande o la JMJ y, por qué no decirlo, la gran organización de lo acontecido en tierras jerezanas, sirvió para dejar a muchos un espectacular sabor de boca  y la sensación de que se había hecho algo verdaderamente extraordinaria y prácticamente imposible de repetir. Una situación que debería llevarnos a pensar que, realmente, no está todo inventado y que hay lugar para propuestas que aún con cosas que pulir (quizás hubiese tenido más sentido el mes que viene, en mayo, por su innegable carácter mariano) también pueden tener su sitio. El problema es que hay que ponerse manos a la obra con dedicación, no para salir del paso improvisando.

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